Los empleados federales (que como promedio trabajan al año un mes menos que los trabajadores del sector privado y están mejor pagados) están cabildeando para obtener aún mejores pagas.
Los sindicatos públicos saben que el Congreso está buscando el modo de recortar el presupuesto federal y están contando con que los van a dejar fuera del alcance de cualquier medida de ese tipo.
No se habla de otra cosa: el abismo fiscal. Y es que el 1 de enero de 2013 se nos viene una avalancha de impuestos.
Hace poco más de un año, la Fundación Peter G. Peterson reunió 5 institutos de política pública y subvencionó sus iniciativas en busca de una solución a la enorme deuda pública que aqueja a Estados Unidos. El plan de la Fundación Heritage es el que mejor alcanza esos objetivos, como muestra El Gráfico de la Semana.
Hay una cuestión en la mente de todos en Washington: el “abismo fiscal”. Nos estamos quedando sin tiempo para evitar que nos alcancen las masivas subidas de impuestos del 1 de enero así como las amplias reducciones presupuestarias que está previsto que lleguen al mismo tiempo, de modo que la economía se está preparando para otra tormenta.
Hoy empiezan las audiencias ante el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes y ante los Comités de Inteligencia de la Cámara y del Senado sobre el atentado terrorista contra el consulado de Estados Unidos que acabó con la vida del embajador Christopher Stevens y de otros tres americanos en Bengasi, Libia, el pasado 11 de septiembre.