Ninguna escuela de pensamiento económico defiende el aumento de impuestos durante una recesión o inmediatamente después. Subir ahora los impuestos podría ser imprudente e irresponsable. En su lugar, el Congreso debería centrarse en reformas fiscales que impulsen la creación de empleo y el crecimiento económico.
El camino que hemos estado siguiendo está convirtiendo América en un lugar muy diferente: un país ahogado por una economía extremadamente regulada, industrias nacionalizadas, atención médica dirigida por el gobierno, reguladas más por burócratas y jueces que por el consentimiento de los gobernados y con una política exterior que da demasiadas deferencias a organizaciones internacionales que socavan la soberanía.
La educación americana está en una encrucijada. El papel del gobierno federal en materia de educación ha crecido considerablemente durante el último medio siglo, trasgrediendo nuestro arraigado principio de federalismo en educación. El significativo aumento del gasto y la gran cantidad de regulación que lo acompaña no ha llevado a mejores resultados.