Es esa época del año otra vez y las ventas para la vuelta al colegio van a todo vapor. Pero antes de que los padres aprovechen entusiasmados todas las gangas, harían bien en tener en cuenta este hecho preocupante: casi todo lo que compran, desde mochilas, loncheras hasta lápices, cuesta más debido a los aranceles – los impuestos a las importaciones.
Es probable que el alcalde de la Ciudad de Nueva York Michael Bloomberg y otros autonombrados reyes de la nutrición estén muy molestos. La Primera Sección de la División de Apelaciones de la Corte Suprema de Nueva York ratificó de forma unánime la decisión tomada anteriormente por un tribunal de rango inferior de que la prohibición sobre los refrescos de la Ciudad de Nueva York es inconstitucional.
En su discurso en la Universidad Knox, el presidente Obama presentó su plan para convertir a Estados Unidos en Detroit: unos impuestos más altos, un gasto mayor, un aumento de los salarios mínimos, más mandatos y volver a trazar el camino hacia la posibilidad de escalar socialmente mediante unos programas que ya se han probado y han fracasado.