Recientemente, destacados demócratas así como un líder sindical han revelado públicamente sus inquietudes sobre Obamacare. Con su total implementación justo a la vuelta de la esquina, es probable que aumente el número de desertores de Obamacare a medida que la gente vaya siendo cada vez más consciente de sus devastadoras consecuencias.
El nuevo presidente de México, Enrique Peña Nieto, ha dejado claro que su reelección no marca una vuelta a los antiguos tiempos de corrupción y clientelismo cuando su partido (el Partido Revolucionario Institucional, PRI) y los sindicatos del sector público dependientes de este gobernaron México prácticamente sin oposición durante 70 años.
Con todo lo sucedido esta semana, poco tiempo hemos tenido para reflexionar que el lunes 15 de abril fue el Día de la Declaración de Impuestos, fecha límite para que los americanos paguen sus impuestos correspondientes al año anterior. También esta semana, el jueves 18 de abril, fue el Día de la Liberación Fiscal que marca la fecha en la que, como nación, hemos trabajado hasta ganar finalmente el dinero suficiente para pagar la factura de todos los impuestos locales, estatales y federales del año.
Ayer, 18 de abril, fue el día 108 del año 2013. También fue el primer Día de la Liberación Fiscal, según el cálculo de Tax Foundation. El Día de la Liberación Fiscal es el día en el que, como nación, hemos ganado finalmente el dinero suficiente para pagar la factura de todos los impuestos locales, estatales y federales del año.
Mientras los americanos se daban prisa en estos días para presentar a tiempo su declaración de impuestos, probablemente no le dedicaron mucho tiempo a pensar cómo hemos llegado hasta este punto. Pero el actual impuesto sobre los ingresos, mediante el cual el gobierno federal obtiene la mayor parte de su recaudación gracias a las aportaciones de los ciudadanos, es algo relativamente nuevo.