Los casi 80 diferentes programas de bienestar social que opera el gobierno federal también necesitan una reforma sustancial. En lugar de abordar las causas de la pobreza, el enfoque de Washington ha sido gastar más dólares del contribuyente –cerca de $ 1 billón por año– en un creciente número de programas que tienden a atrapar a los pobres en la pobreza. Ninguno de estos programas incluye disposiciones funcionales para promover la responsabilidad personal, como los requisitos de trabajo y límites de tiempo. Y el gobierno ha hecho mucho más fácil que la gente reciba asistencia social desalentando el trabajo.
No importa lo que la retórica electoral inspire en estos días, los hechos puros y duros hablan de una realidad distinta a la que nos quieren pintar. El presidente ha gastado demasiado y por el camino, nos ha endeudado mucho más de lo imaginado. Lo mejor que podríamos empezar hacer para alterar este rumbo a la bancarrota es empezar a frenar el gasto. Así evitamos terminar en la triste situación de Europa. Pero en año electoral, nos ofrecerán que nos van a dar más cosas, aunque no tengan con qué pagarlas.
A Obama le gustaría ser visto como alguien que reduce los impuestos y que ha demostrado templanza fiscal, pero también quiere seguir poniendo más impuestos y gastando. Pero tan cierto como que las manzanas caen del árbol hacia abajo, no hacia arriba, el presidente Obama es un gran despilfarrador que ha hecho cualquier cosa menos mostrar templanza fiscal. Simplemente, hay algunas leyes de la naturaleza que no pueden ser negadas.
el país del mundo que encabezó la lista de acreedores del año pasado no fue China. Y ciertamente no fue Estados Unidos. Fue Japón y puede que Ud. recuerde noticias como: “Japón no ha crecido durante los últimos 20 años”. Nadie piensa que Japón se esté apoderando del mundo, más bien al contrario: Japón está bajando puestos en las clasificaciones de las potencias económicas globales. ¿Cómo puede estar haciéndolo tan mal el mayor acreedor del mundo?
Como muestra El Gráfico de la Semana, el Plan de Heritage busca reducir el gasto, arreglar la deuda y restaurar la prosperidad. Lo mejor es que lo hace sin subirnos los impuestos. Bastante pagamos ya. Para Salvar el Sueño Americano nos baja los impuestos y frena el gasto desbocado que nos está llevando a la ruina. Pero además de ser un plan de naturaleza económica, “tiene un propósito moral más alto. Si los derechos a beneficios no se reforman, la próxima generación y las futuras tendrán que pagar tasas de impuestos punitivos que pondrán fin a la libertad como la hemos conocido”.