El lunes 7 de octubre arranca el nuevo período de sesiones de la Corte Suprema. El pasado mandato incluyó algunos casos de gran notoriedad, entre los que se encontraban los derechos al voto, el matrimonio homosexual, los perros rastreadores de drogas y las preferencias raciales en el acceso a la universidad. Entonces ¿qué asuntos se abordarán en este período?
Hoy, la Constitución cumple 226 años. Así que no olvidemos que ésta establece que el presidente “cuidará de que las leyes se ejecuten fielmente”.
Sin embargo, la administración Obama ha hecho justo lo contrario, retorciendo la legislación y haciendo caso omiso de las limitaciones constitucionales a su autoridad.
En un correo electrónico enviado recientemente a sus seguidores, el presidente Obama se lamentaba de la frustrante falta de competencias de su cargo. “Hay tantas limitaciones a lo que puedo hacer por mí mismo” sin el Congreso, confesaba.
En términos de interpretación constitucional, tiene razón. Pero en la práctica, el presidente ha mostrado un marcado menosprecio por los límites legales de su poder.
Contrariamente a lo que afirmó el presidente Obama la semana pasada en un discurso en la Universidad Knox, la persecución política a organizaciones conservadoras por parte del Servicio de Impuestos Internos (IRS) no es un “falso escándalo”. Es un auténtico escándalo que pone la atención sobre el peligro de un gobierno federal todopoderoso, particularmente en el caso de una agencia como el IRS, que tiene poderes extraordinarios para destruir y apoderarse de la propiedad, la vida y las empresas de los ciudadanos americanos.
El Kremlin asestó un golpe diplomático a las relaciones entre Estados Unidos y Rusia cuando Moscú concedió asilo político temporal al exanalista de la NSA Edward Snowden. Así que ahora puede que la Casa Blanca cancele una cumbre entre ambos países que estaba programada para principios de septiembre, aparte de que la política de reinicio de Obama respecto a Rusia requerirá de una reevaluación significativa.
El veredicto de ayer en el juicio del cabo Bradley Manning es un importante hito en el actual debate sobre el manejo de información secreta.
El tribunal militar halló a Manning culpable de casi todos los cargos y acusaciones presentados contra él, pero no culpable de lo que se podría decir que era la acusación más grave: ayudar al enemigo. Todo ello en relación con la filtración, admitida por el mismo Manning, de miles de documentos clasificados a Julian Assange y su página web WikiLeaks.