El gobierno federal ha gastado más de $3,000 millones durante los últimos 35 años en ayudar a empresas agrícolas multinacionales para que comercialicen sus productos en el exterior. Los contribuyentes pagan alrededor de $200 millones anuales para financiar unas actividades empresariales que las empresas podrían hacer por sí mismas.
En sus días de senador, Barack Obama lo expresó perfectamente: ser criado sin un padre presenta serias desventajas. Así lo afirmaba en Chicago, sólo unos meses antes de las elecciones presidenciales de 2008:
Conocemos las estadísticas: los niños que crecen sin un padre tienen cinco veces más probabilidades de vivir en la pobreza y cometer delitos, nueve veces más probabilidades de dejar la escuela y veinte veces más probabilidades de acabar en prisión.
El pasado lunes, la duquesa Kate dio a luz a un bebé real, el príncipe Jorge, en una habitación privada de la exclusiva Ala Lindo del Hospital St. Mary, por unos magníficos $9,600 la noche. Y aunque estamos seguros de que la duquesa recibió una excelente (y privada) atención médica, para los británicos comunes y corrientes, forzosamente afiliados al Servicio Nacional de Salud (NHS), la calidad de la atención no es seguramente la misma.