El presidente ofreció demasiado en su Discurso del Estado de la Unión del pasado enero, alabando las energías limpias “alternativas” como el “momento Sputnik de nuestra generación” y alegando que sería “una inversión que fortalecerá nuestra seguridad, protegerá nuestro planeta y creará un sinnúmero de nuevos empleos para nuestra gente”. El presidente dijo: “De hecho, ya somos testigos de la promesa de la energía renovable”. Desafortunadamente, lo que el presidente predijo es muy diferente de lo que el resto del país experimentó en el año subsiguiente. Los empleos que el presidente prometió no se materializaron y sus inversiones en energías verdes están precipitando al barranco, no alcanzando la luna.
El debate sobre la ley SOPA está ya entre los más intensos y polarizantes que tienen lugar en Washington — y con mucha razón. Con las preocupaciones por la libertad de expresión y la seguridad en Internet como el foco de la atención, los legisladores harían bien en buscar otras opciones cuando vuelvan en enero.
Este gráfico se vería muy distinto si se aprobara el plan de reforma fiscal de la Fundación Heritage. Ese plan, que forma parte de la propuesta Para Salvar el Sueño Americano: El Plan de Heritage para arreglar la deuda, reducir el gasto y restaurar la prosperidad, establece una tasa única y baja para las personas y reemplaza todos los impuestos federales sobre ingresos, impuestos sobre la nómina, el impuesto a la muerte y la mayoría de impuestos especiales.
El código tributario de Estados Unidos necesita ser reformado, pura y simplemente. El actual sistema fiscal desalienta el ahorro, la inversión y el espíritu emprendedor. Es un freno a la productividad, el crecimiento del empleo, la competitividad internacional y los salarios. Es complicado más allá de lo imaginable y eso tiene que cambiar. La buena noticia es que hay una solución que puede constituir el fin del complejo código tributario americano de una vez por todas: El “Nuevo impuesto único”(flat tax) de la Fundación Heritage.