Muchos miran el presupuesto de defensa de Estados Unidos y condenan el hecho de que sea mayor que el de la siguiente docena de estados juntos. Pero Estados Unidos es un encargado clave del cumplimiento de las normas internacionales y de seguridad. Por el contrario, el presupuesto militar de China se dedica casi exclusivamente a intereses chinos.
En el curso de tres años, el presidente Obama ha seguido una política exterior que ha dejado a Estados Unidos menos seguro hoy y en mayor riesgo mañana. Un Irán nuclear, unos fallidos Afganistán e Irak, un no amistoso Egipto, un Israel en riesgo y unas fuerzas armadas infradotadas son todas ellas serias preocupaciones para el pueblo americano. En vez de seguir la mal fundamentada Doctrina Obama, es hora de que el presidente ponga primero la defensa de la nación y deje para el final el apaciguamiento de nuestros enemigos. Esa es una doctrina de la que puede depender el pueblo americano.
Siempre ha habido un campo reformista en China, lo que pasa es que viene de perder cada batalla política importante en los últimos nueve años. Pero ahora los reformistas vuelven a la carga. No van a tener éxito este año o el próximo, pero por lo menos tienen un chance – por primera vez en una década.