Hoy, decenas de miles de personas de todo el país se reunirán en Washington para desafiar el frío en nombre de una causa en la que creen. Algunos marchan por primera vez, y otros han estado viajando a la capital de la nación desde 1973 cuando se decidió el caso Roe vs. Wade, que legalizó el aborto. Por la 41ª vez, van a reunirse de nuevo y por la misma razón – la santidad de la vida.
El papa Francisco está haciendo noticia esta mañana después de decir que: “Es horroroso incluso pensar que hay niños, víctimas del aborto, que nunca verán la luz del día”.
El popular papa, que ha hablado constantemente en contra del aborto, ha planteado el tema a tan sólo diez días del aniversario del caso Roe contra Wade.
La aprobación de Obamacare puso la moral rectora para algunas de nuestras decisiones más personales de salud en manos de los burócratas. Queda muy claro que el sentido de dirección de esta administración está seriamente torcido. Obamacare está rumbo a una colisión frontal con la libertad de los americanos – y una víctima prematura e injusta de ello es la libertad religiosa.
Esta semana, dos universidades cristianas más se han unido a otras instituciones religiosas en la lucha contra ese ataque al sumarse a las demandas contra la administración Obama por imponer, a través de Obamacare, un mandato contrario a la conciencia. La controvertida regulación fuerza a casi todos los empleadores a proporcionar cobertura médica para medicamentos abortivos, anticonceptivos y esterilización sin copago.
La controversial decisión del gobierno federal de imponer a hospitales y entidades educativas de ciertas denominaciones religiosas para que ofrezcan opciones anticonceptivas -incluyendo drogas abortivas- es algo que va en contra de su credo y viola la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos.