Hace cincuenta y cinco años, Estados Unidos sufrió una enorme conmoción. Los soviéticos nos ganaron en el espacio con el lanzamiento del Sputnik 1 el 4 de octubre de 1957. Pero en vez de acurrucarse en un rincón y preguntarse si eso significaba el final de la época de dominio de Estados Unidos, los distintos líderes de Estados Unidos comenzaron con una iniciativa a nivel nacional para asegurarse de que no eran vencidos de nuevo.
Mientras la NASA envía sus transbordadores a los museos, China está haciendo grandes adelantos en su programa espacial — están en marcha los preparativos para el lanzamiento de un laboratorio espacial chino en las próximas semanas. Estos progresos están empezando a amenazar la superioridad espacial de Estados Unidos, la capacidad de la nación de apoyar a sus amigos y aliados y de disuadir la agresión.