Estados Unidos y China iniciaron hace un par de semanas en Washington unas conversaciones económicas y de seguridad de alto nivel, con la preocupación por la ciberseguridad presente en la agenda. Sin embargo, las iniciativas diplomáticas de la administración relativas a la seguridad informática no han disuadido hasta ahora a los chinos para que dejen de efectuar ataques informáticos contra entidades públicas y privadas de Estados Unidos.