Sólo algunos de los discursos de cada presidente llevan la etiqueta de “fundamental”, y el de hoy es uno de ellos para el presidente Obama. Su discurso en la ceremonia de graduación en West Point será un discurso sobre política exterior “fundamental” en un momento en el que tanto aliados como adversarios de Estados Unidos están cuestionando el liderazgo de Estados Unidos.
Comparar el impacto del presidente Obama en asuntos de política exterior con el impacto del expresidente Jimmy Carter también se ha puesto de moda.
Carter mostró debilidad con los enemigos de Estados Unidos y muchos (viendo que la Casa Blanca era blanda y Estados Unidos una potencia en decadencia) aprovecharon cada oportunidad que tuvieron para insultar, ignorar, avergonzar y abusar de la imagen del Tío Sam.
Será el trabajo duro pero necesario para el próximo presidente de Estados Unidos —sea quien sea— restaurar el prestigio y la credibilidad internacional de Estados Unidos. Mantener la fuerza militar de la nación, reforzar su diplomacia internacional y usar la diplomacia pública para recordar al mundo los logros y la influencia de Estados Unidos deben ser parte de esa tarea.
Antes que nada en la lista de disculpas del presidente deberían estar sus decisiones de política exterior que han conducido a un debilitamiento de la “Relación Especial” entre Estados Unidos y Gran Bretaña. Cuando viaje a Polonia, les deberá dar una disculpa a los polacos por la decisión de su administración en 2009 de ceder ante Rusia y abandonar el escudo de defensa antimisiles de Estados Unidos