Mientras Ud. estaba durmiendo (o festejando la llegada del Año Nuevo 2013), el Senado votó a favor de subirnos los impuestos. Después de sobrepasar el tiempo límite de la medianoche, el Congreso y el presidente técnicamente ya han enviado a la nación hacia el abismo fiscal, lo que significa que ya están en vigor unos tipos impositivos más alto para todos los tramos de ingresos. Aunque el acuerdo del Senado, negociado entre el líder republicano en esta Cámara Mitch McConnell (KY) y el vicepresidente Joe Biden, dejaría sólo a quienes ganan más de $250,000 como el objetivo de las subidas de impuestos.
“Cuando no puedas hacer que vean la luz, haz que sientan el calor”. Ayer, el sensato consejo del presidente Ronald Reagan sonaba verosímil. Los activistas de base y de grupos conservadores, liderados por Heritage Action for America (Acción por América de Heritage), desbarataron el plan para subir los impuestos a ciertos americanos y a los pequeños negocios.
A última hora de hoy, la Cámara de Representantes, liderada por los republicanos, votará sobre el “Plan B”, la más reciente e insatisfactoria propuesta presentada por el vocero John Boehner (R-OH) para evitar el abismo fiscal. El plan de Boehner protegería a la mayoría de americanos, excepto a los millonarios, de la subida de impuestos. Pero incluso este es un mal arreglo, pues ignora el problema real: el gasto.
El vocero de la Cámara de Representantes John Boehner (R-OH) y los líderes republicanos lo han vuelto a hacer. Su más reciente propuesta acerca del abismo fiscal claudica en lo que respecta a los principios conservadores fundamentales, a la vez que cede de forma lamentable y hace unas concesiones totalmente inadecuadas al presidente Obama. ¿Aprenderán alguna vez?