Aunque educación “gratuita” puede sonar como una maravillosa manera de fomentar el éxito de la universidad, el plan Michigan 2020 crearía muchos más problemas que soluciones. No sólo se incrementan los costos del presupuesto del estado y probablemente termine inflando el precio de las matrículas universitarias, sino que presupone que basta con mandar más alumnos a la universidad para que eso se traduzca en éxito académico.