El enfoque de Obama [al proceso de paz] no ha conseguido nada. A cambio, los palestinos le pagan el favor con una campaña en la ONU que parece diseñada para humillar a la Casa Blanca. Al igual que Jimmy Carter anteriormente, Obama está descubriendo que cuando los presidentes americanos sostienen una posición de acomodo y ambivalencia en asuntos internacionales, se aprovechan de ellos. La debilidad invita a la agresión.
Pakistán no es ni aliado ni enemigo de Estados Unidos, más bien, Pakistán tiene objetivos de seguridad totalmente diferentes a los de Estados Unidos en Afganistán y en la lucha contra el terrorismo en general. Cuanto antes acepten los políticos americanos esta realidad, Estados Unidos tendrá mayores oportunidades de alcanzar sus objetivos en la región.