El pasado 16 de octubre, Boeing y la Fuerza Aérea de Estados Unidos hicieron historia al realizar con éxito una prueba de lanzamiento de un nuevo misil con capacidad para perturbar o inutilizar los sistemas electrónicos de un enemigo de forma remota, a la vez que se causan pocos o ningún daño colateral.
Desde 1947, Estados Unidos se ha mantenido como el poder aéreo dominante de los cielos del mundo. Pero la nación se encuentra ahora en un momento crucial. Si el Congreso no revoca las reducciones presupuestarias de la administración, se pondrá en riesgo el poder aéreo de Estados Unidos. Y la seguridad nacional descansa en la continua capacidad de nuestras fuerzas en tierra, mar, aire, el espacio y el ciberespacio. Por tanto, no nos podemos permitir que ninguna de estas fuerzas desaparezca.
Alargar la vida de las aeronaves militares pone en peligro mortal a nuestros hombres y mujeres en combate y supone una amenaza para las fuerzas armadas de Estados Unidos en general. En el video de la Fundación Heritage, comenta Deptula: “Oigo a la gente hablar sobre, bueno ya sabe, que las fuerzas armadas de Estados Unidos gastan más dinero que las siguientes 17 naciones juntas. Bueno, las siguientes 17 naciones juntas no están comprometidas en mantener la paz y la estabilidad alrededor del mundo. Nosotros sí”. Pero para mantener ese compromiso, el Congreso y la administración deben asegurar que las fuerzas armadas de Estados Unidos tienen los recursos que necesitan para llevar a cabo su misión de proteger a Estados Unidos.