Al oír cómo describe el presidente Barack Obama la retirada de las tropas americanas de Irak, uno podría pensar que se trata de una largamente anticipada victoria política, la culminación de una promesa hecha cuando hacía campaña para llegar a la Casa Blanca. Pero su anuncio la pasada semana de que las tropas americanas en Irak volverían a finales de año es el resultado de un serio fracaso de la administración Obama