Durante estos últimos meses, los miembros del Congreso y sus ayudantes han estado debatiendo a puerta cerrada la preocupante disposición por la que se verán obligados a dejar su conocido programa de seguro médico y a incorporarse a los sistemas especializados de seguros médicos federales establecidos por Obamacare.
¿Ya estamos otra vez en esa época del año?
En realidad ni siquiera es agosto y los miembros del Congreso ya están empezando a mostrarse inquietos por la inminente lucha por el presupuesto y el límite de deuda, algo que probablemente no sucederá hasta finales de este otoño. Pero las poses ya han comenzado y los medios de comunicación están felices de poder complacerlos.
El movimiento para desfinanciar Obamacare está ganando enteros en Washington – si hasta las encuestas revelan que esta ley es cada día más y más impopular entre los americanos.
Puede que el dinero del contribuyente se use para todas esas cosas y más a medida que el 1 de octubre (la fecha en la que se supone que comenzarán los sistemas especializados de seguro médico) se vaya acercando.
En sus días de senador, Barack Obama lo expresó perfectamente: ser criado sin un padre presenta serias desventajas. Así lo afirmaba en Chicago, sólo unos meses antes de las elecciones presidenciales de 2008:
Conocemos las estadísticas: los niños que crecen sin un padre tienen cinco veces más probabilidades de vivir en la pobreza y cometer delitos, nueve veces más probabilidades de dejar la escuela y veinte veces más probabilidades de acabar en prisión.