Pongámoslo a él y a sus compinches a prueba. Unas sanciones firmes, combinadas con otras iniciativas para meter presión a los chicos de Teherán (tales como situar el centro de atención sobre el abismal historial de derechos humanos del gobierno), son el mejor medio de fomentar el cambio de régimen interno del país.
A pesar del aumento de la beligerancia de Irán –los lanzamientos de prueba de nuevos misiles, las amenazas de cerrar el Estrecho de Ormuz y el anuncio de la producción de su primera varilla de combustible nuclear, Grecia, Italia y España están reacios a aceptar sanciones más duras. El petróleo iraní constituye el 35% de las importaciones de petróleo de Grecia, aumentando los temores de que un corte al suministro de petróleo profundizaría aún más los problemas económicos del país. Italia está de acuerdo con las sanciones al petróleo, en teoría, pero quiere que se excluyan sus actuales contratos.
El Estrecho de Ormuz está entre Irán y los Emiratos Árabes Unidos, sirviendo de canal de paso para unos 15.5 millones de barriles de crudo por día, cerca de un tercio de los envíos marítimos mundiales. En una palabra, es un punto de estrangulamiento, lo que hace que la amenaza iraní de esta semana de cerrar el estrecho algo muy serio para la comunidad internacional.
Irán está llevando a cabo operaciones contra Estados Unidos desde Latinoamérica y estas incluyen campos de entrenamiento militar en Venezuela y la ampliación de su alcance a través de la frontera de Estados Unidos y México, según dio a conocer en imágenes Univision, la cadena en español más grande en Estados Unidos, la noche del jueves.