No hace falta un pedazo de mármol para recordar a James Madison. En su lugar, tenemos la Constitución que creó la estructura para una libertad ordenada y más de 200 años de gobierno republicano estable y pacífico. Tenemos la Carta de Derechos que señala las libertades individuales específicas que todos los americanos poseen, especialmente el derecho a la libertad religiosa. Y, lo que es más importante, tenemos su legado aceca de cómo defender este documento.