Para mejorar la ciberseguridad, la nación no se merece una solución que se haga a la carrera mediante una orden ejecutiva. La actual redacción de la orden ejecutiva de seguridad informática está siendo vista por algunos como la panacea, largamente esperada, para la “falta” de motivación de sectores clave de la industria para autoprotegerse. Lo cual es ridículo.