Durante los últimos días, la administración Obama se ha visto golpeada por un escándalo tras otro. El Servicio de Impuestos Internos (IRS) se disculpó por perseguir a organizaciones conservadoras, el Departamento de Estado encubrió su reacción al atentado de Bengasi, el Departamento de Justicia (DOJ) se apoderó secretamente de grabaciones telefónicas de periodistas de Associated Press y el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) pidió a los responsables de la industria médica contribuciones para implementar la Ley de Cuidado de la Salud Asequible (PPACA), más conocido como Obamacare.