¿Qué ingredientes posee el discurso de la izquierda, que cuanto más radical, más deja encandilados a un gran número de ciudadanos? El problema para mí está cuando los enloquecidos, los encantados, los alucinados, porque de todo hay, son personas que gozan de un confortable nivel económico, quizá también de un nivel de instrucción por encima del promedio.
El gobierno de Tsipras ha perdido el tiempo y las oportunidades desde que llegó al poder, y ahora tiene que confiscar los saldos disponibles de los municipios y de las empresas públicas para hacer frente a los compromisos de pago a plazo inmediato. Grecia ha pasado del “No a la austeridad” al “Sí a la confiscación”