En sus días de senador, Barack Obama lo expresó perfectamente: ser criado sin un padre presenta serias desventajas. Así lo afirmaba en Chicago, sólo unos meses antes de las elecciones presidenciales de 2008:
Conocemos las estadísticas: los niños que crecen sin un padre tienen cinco veces más probabilidades de vivir en la pobreza y cometer delitos, nueve veces más probabilidades de dejar la escuela y veinte veces más probabilidades de acabar en prisión.