El papa Francisco lloró ante las imagenes de cristianos crucificados en Siria. Los católicos del mundo, más conmovidos por la imagen de Francisco que por aquellas de las victimas de la barbarie, han expresado en las últimas horas su indignación, no sólo con aquellos que han cometido estas atrocidades sino ante la falta de coraje de la Casa Blanca y de los líderes del mundo.
Los recientes acontecimientos de Venezuela son simplemente las primeras consecuencias de un siniestro plan que se ha expandido rauda e irreverentemente en Latinoamérica.
El eslógan propagandístico “Socialismo del Siglo XXI”, que intenta expresar vaguedades conceptuales muy convenientes a los maquiavélicos fines de la izquierda, ha servido como máscara del poco conocido pero nocivo Foro de San Pablo.