Finalmente, la verdad acerca del atentado terrorista en Bengasi, Libia, está saliendo a la luz.
Un explosivo informe de los servicios de inteligencia hecho público esta semana reveló que sus responsables sabían que era un atentado terrorista lo que acabó con la vida de cuatro americanos el 11 de septiembre de 2012; y lo supieron desde el primer momento.
Los fragmentos dados a conocer de un nuevo y revelador libro causaron ayer sensación en Washington. El exsecretario de Defensa Robert Gates ataca al parecer al presidente Obama por su política exterior y su manejo de las fuerzas armadas de Estados Unidos en su próximo libro, Duty: Memoirs of a Secretary at War (Deber: Memorias de un secretario en guerra).
No obstante, como comentó el analista de la Fundación Heritage James Jay Carafano, “No se necesita un libro del exsecretario de Defensa para saber que muchas de las decisiones que Obama tomó mientras Gates estuvo en el cargo fueron un desastre”.
El acuerdo al que llegó ayer la administración Obama en las conversaciones de Ginebra es un acuerdo repleto de fallas que se arriesga a reducir la presión de las sanciones contra Irán durante los próximos seis meses a cambio de unas promesas iraníes fácilmente reversibles, algunas de las cuales ya las hizo anteriormente Irán, aunque luego las incumplió. El acuerdo exige que Irán ponga freno a algunas, no todas, de sus actividades nucleares durante los próximos seis meses a cambio de una reducción de las sanciones por valor de alrededor de $7,000 millones.
Las conversaciones de Ginebra han hecho que de nuevo surjan esperanzas de un avance en las conversaciones con Irán sobre asuntos nucleares, durante tanto tiempo estancadas. Los diplomáticos occidentales han expresado un “optimismo con cautela” acerca de las perspectivas de éxito tras dos días de conversaciones. No obstante, Irán no se ha movido de su desafío a los elementos clave de las múltiples resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU; simplemente ha adoptado un tono más suave y diplomático.