Con todo lo sucedido esta semana, poco tiempo hemos tenido para reflexionar que el lunes 15 de abril fue el Día de la Declaración de Impuestos, fecha límite para que los americanos paguen sus impuestos correspondientes al año anterior. También esta semana, el jueves 18 de abril, fue el Día de la Liberación Fiscal que marca la fecha en la que, como nación, hemos trabajado hasta ganar finalmente el dinero suficiente para pagar la factura de todos los impuestos locales, estatales y federales del año.
Los americanos se despiertan hoy en el peor “lunes” que tendrán en todo el año: El Día de la Declaración de Impuestos.
La mayoría de americanos teme este día – y con razón. Más allá de la enorme factura que los americanos pagan al gobierno, el código tributario es tan complejo que es difícil averiguar qué le debemos al Servicio de Impuestos Internos (IRS). Se trata de un sufrimiento para los contribuyentes y una enorme sangría para la economía.
¿Sabía Ud. que de cada dólar que el gobierno gasta, 46 centavos son de dinero prestado? Es una deuda que tendrán que pagar nuestros nietos y bisnietos (Sí, no sólo nosotros y nuestros hijos…). Gastamos tanto que es aterrador.
Cada día tenemos que pedir prestado casi 4,000 millones de dólares… ¡¡Cada día!! Y todo para cubrir unos gastos que no podemos permitirnos.