Agárrese. En apenas 271 días, Ud. y sus compatriotas americanos se verán golpeados por una subida de impuestos de un tipo que este país no ha visto nunca. The Washington Post denominó acertadamente a la subida de impuestos sin precedentes de $494 mil millones como el “Armagedón fiscal” y el presidente de la Reserva Federal Ben Bernanke lo describió como un “inmenso barranco fiscal”. Cualquiera que sea su imagen preferida, se trata de un golpe realmente grande.
Hemos visto los resultados de esa teoría en la dirección a la que Estados Unidos se dirige. Incluso el presidente reconoce que el país está en graves aprietos, aunque rehúsa aceptar que él tiene el privilegio y la responsabilidad de hacer algo al respecto. Y desgraciadamente, a pesar de que él tiene el poder de ayudar a sacar al país de su crisis fiscal, constantemente ha rehusado hacerlo. Sin embargo, está criticando a aquellos que están tomando la iniciativa con soluciones reales para el pueblo americano.
Los responsables políticos y los líderes nacionales deberían reconocer el papel tremendamente importante de la fe y la práctica religiosa a la hora de dar apoyo a las familias, incrementar su bienestar e impulsar una sólida sociedad civil. Proteger la libertad de las personas y de las organizaciones para vivir su fe de manera pública (no pisoteando la libertad religiosa mediante coercitivos dictados del gobierno) puede asegurar que más gente disfrute de los beneficios de la práctica religiosa.
“Si el matrimonio se convierte en inalcanzable para todos salvo aquellos con educación elevada, entonces el experimento americano en sí mismo correrá peligro. La desaparición del matrimonio en el Estados Unidos promedio pondría en peligro el Sueño Americano, el bienestar emocional y social de los niños y la estabilidad del tejido social en miles de comunidades por todo el país”.