El Senado empezará hoy a valorar la propuesta de 860 páginas presentada por Harkin para reescribir la Ley de Educación Primaria y Secundaria (ESEA). El proyecto representa añadir más regulaciones y más burocracia a los distritos escolares locales, manteniendo el statu quo de la reforma educativa dictada desde Washington. Y el problema es que el Senado no ha tenido tiempo para examinar en detalle la legislación que se propone, no digamos ya para oír las voces de aquellos a los que busca controlar.
El despotismo blando consiste en que el gobierno poco a poco consume la libertad de sus ciudadanos con la promesa de satisfacer todas sus necesidades, ansias y deseos.Con el fin de convertirse en el proveedor, el gobierno también debe convertirse en el que toma las decisiones. En efecto, los ciudadanos cambian el poder de decisión (el autogobierno) por la comodidad que produce el gobierno. Tocqueville habla de los efectos de este gobierno protector: “no quiebra voluntades pero las ablanda, las somete y las dirige”.
Pero la política que los manifestantes de Ocupar Wall Street están proponiendo —así como su rechazo del sistema capitalista— no hará que la economía mejore para los 14 millones de americanos desempleados ni para todos aquellos con problemas debido a esta economía estancada. De hecho, muchas de las exigencias de los manifestantes son claramente peligrosas y nos alejarían más de su declarado objetivo de mejorar las condiciones económicas para “el 99%”.
Doug Schoen sobre el Movimeinto Ocupar Wall Street: Lo que une a la gran mayoría de los manifestantes –independientemente de su edad, nivel socioeconómico o educación– es un profundo cometido a la política de izquierdas: su oposición al capitalismo de libre mercado y el apoyo a la redistribución radical de la riqueza, la intensa regulación del sector privado, y las políticas proteccionistas para evitar que los empleos de Estados Unidos se vayan al extranjero.