Ayer, Estados Unidos se enteró de que Irán estaba conspirando para lanzar un ataque terrorista en Washington DC, donde planeaba el magnicidio del embajador saudí y atentados bomba contra las embajadas saudí e israelí. Las autoridades americanas desbarataron el complot y presentaron cargos contra los hombres que planeaban llevar a cabo el ataque, pero la audacia de las acciones de Irán subrayan una verdad perturbadora
Primero se metieron con los donuts y pocos se atrevieron a defender el aceite vegetal parcialmente hidrogenado. Luego se metieron con los refrescos, declarando prohibido el jarabe de maíz con alto contenido en fructosa. Ahora andan tras las habas, las arvejas y el maíz y la empujándonos hacia una dieta nacional de puro queso de soja y col.
La administración también debe quitarse los “guantes de seda” en sus tratos con Irán. Además de la plena aplicación de las sanciones, la Casa Blanca debe comenzar a presionar seriamente al régimen de Teherán respecto a su abismal situación de derechos humanos. En cuanto a los sospechosos, debería presionarse a la administración para que explique lo que el gobierno de Estados Unidos está haciendo con respecto a traer de regreso a Estados Unidos al sospechoso Gholam Shakuri, miembro de la Fuerza Quds de Irán asentado en ese país, para que se enfrente a la justicia.
Hugo Chávez odia Wall Street, la zona cero del “capitalismo salvaje”. Él soñará a diario con mercados bajistas que derrumben la economía de Estados Unidos. Sin duda alguna, le gusta el movimiento “Ocupar Wall Street”. Es que está hecho a medida para promover la “democracia participativa” al estilo de Chávez.