El mes que viene, la Fundación Heritage enviará al Vaticano una copia del nuevo .Índice 2014 de Libertad Económica, con la esperanza de que el papa Francisco y otros altos responsables de la iglesia preocupados por las políticas de crecimiento económico tengan en consideración sus datos para futuros estudios.
La administración Obama quería pagar anuncios para promover Obamacare durante los partidos de fútbol americano de este otoño, pero la organización NFL rechazó la oferta (aunque algunos equipos a título individual han acordado echarle una mano). Pero ¿qué ocurriría si todos los anuncios durante todos los partidos de fútbol americano fuesen de índole política? Pues ese es el caso de Argentina.
Vaya semanita terrible ha tenido el gobierno de Argentina. Todo empezó mal cuando el 1 de febrero la nación fue censurada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) por “cocinar” sus libros de estadísticas y por no informar adecuadamente del descontrol de su inflación, que está devorando el dinero de los argentinos y el de los inversores extranjeros, por un valor de $6,800 millones.
La Fundación Heritage acaba de publicar conjuntamente con el Wall Street Journal la 19ª edición del afamado Índice de Libertad Económica. Esta investigación demuestra como algunos países van perdiendo libertades con el transcurrir del tiempo y como otros van ganándolas. El Índice estudia asuntos como la confianza en las instituciones, el Estado de Derecho, la intromisión del gobierno en la economía libre, el nivel de corrupción, la división de poderes, restricciones, expropiaciones y datos económicos tales como el nivel de inflación, del gasto público y la deuda nacional.
Es hora de que Argentina rinda cuentas, aunque los líderes del Consejo no lo hagan. El verdadero problema, según Moisés Naím, es la “sistémica deficiencia de aprendizaje” que exhiben los líderes argentinos. Si Argentina no va a participar según las reglas internacionales, se le debería negar su condición de miembro en el G-20.