el argumento del presidente de que “han sido los especuladores” tiene fallas a varios niveles. Si los especuladores están obteniendo desmesurados beneficios con la energía, ¿por qué sólo lo están haciendo ocasionalmente y no todo el tiempo? ¿Por qué sólo hay especuladores de petróleo pero no de gas natural (cuyo precio actual es de alrededor de la mitad de lo que promediaba durante la década pasada)? Y dado cómo funciona el mercado del petróleo (por cada especulador que hace dinero con una transacción comercial, alguien más que pierde dinero) la teoría del presidente “requiere de una infinita cadena de tontos que ocupen el otro lado de los negocios de los especuladores”.
¿Le duele llenar el tanque de su carro a $4 el galón? ¿Cómo se sentiría pagando más de $6.50? Añádale además masivas pérdidas de empleos y una drástica caída en la productividad económica de Estados Unidos y tendrá la imagen de cómo sería la vida en Estados Unidos si el petróleo dejara de fluir desde Arabia Saudita.
Por si se lo perdió, ayer tuvo lugar una representación increíble en el Senado de Estados Unidos. Los progresistas dieron un espectáculo típico de un año electoral, alentados por el mismísimo presidente Barack Obama, y con el que intentaron imponer mayores impuestos sobre la industria petrolera como castigo por sus ganancias mientras que los precios del combustible están en su máximo histórico.