Ryan ha presentado un plan serio que merece seria consideración. Su presupuesto establece opciones normativas importantes, recortes de gasto, reforma de los derechos a beneficios y evita subidas de impuestos. También esboza una reforma fiscal que fortalece la economía y por ende fortalece aún más las finanzas públicas a través de un crecimiento orgánico de los ingresos. Esto representa verdadero progreso para abordar los desafíos económicos y fiscales de la nación. El Congreso y el presidente deberían avanzar ahora para lograr un verdadero consenso que logre materializar todo lo que el plan de Ryan sugiere y más.
El Congreso debe poner su atención en lo que sucede en la economía real, donde los americanos van a trabajar cada día, producen los bienes y servicios que otros necesitan, pagan sus impuestos y toman lo que les queda de sus nóminas al llegar a casa para mantenerse ellos mismos y a sus familias. En esa economía, un sistema fiscal más plano, centrado en crear incentivos para el ahorro y la inversión generará empleos, permitirá a la gente mantener la mayor parte de sus nóminas en vez de enviar más a su gobierno y ayudará a poner a Estados Unidos en el camino hacia un presupuesto balanceado.
A ver si finalmente los políticos de ambos partidos entienden que no pueden seguir gastando indefinidamente. Allí está el problema, no en la poca recaudación. Estados Unidos está a punto de convertirse en el país que cobra el impuesto sobre sociedades más alto del mundo. Después de décadas de esta equivocada línea de actuación, estamos endeudados hasta las orejas, pero lo peor es que, egoístamente, estamos arruinando el futuro económico de las nuevas generaciones. Es hora de cambiar o el Sueño Americano será historia.
La pregunta es ¿durante cuánto tiempo debe sufrir Grecia? ¿Cuánto tiempo debe pasar hasta que Grecia tenga una perspectiva razonable de recuperación? Poner sus finanzas bajo control es sólo el primer paso y los registros históricos sugieren que recortar el gasto prepara el terreno para una recuperación más fuerte y rápida; por otro lado, subir los impuestos sólo daña el crecimiento todavía más que ahora y hace que el pedregoso camino hacia la recuperación sea más largo y abrupto.
La Fundación Heritage ha elaborado un plan para arreglar la deuda, reducir el gasto y restaurar la prosperidad. Balancea el presupuesto de la nación en el espacio de una década – y lo mantiene balanceado. Reduce la deuda y recorta el gobierno a la mitad. Elimina el seguro médico impuesto por el gobierno y financia por completo la defensa nacional, simplifica el código tributario y le planta cara al desafío de los programas de derechos a beneficios.
Siempre ha habido un campo reformista en China, lo que pasa es que viene de perder cada batalla política importante en los últimos nueve años. Pero ahora los reformistas vuelven a la carga. No van a tener éxito este año o el próximo, pero por lo menos tienen un chance – por primera vez en una década.