El código tributario de Estados Unidos necesita ser reformado, pura y simplemente. El actual sistema fiscal desalienta el ahorro, la inversión y el espíritu emprendedor. Es un freno a la productividad, el crecimiento del empleo, la competitividad internacional y los salarios. Es complicado más allá de lo imaginable y eso tiene que cambiar. La buena noticia es que hay una solución que puede constituir el fin del complejo código tributario americano de una vez por todas: El “Nuevo impuesto único”(flat tax) de la Fundación Heritage.
El gasto está fuera de control y se va a poner peor con la presente política escogida. Los conservadores no tenemos razón alguna para aceptar una mayor presión fiscal sólo para que Washington pueda gastar más. Esta batalla es acerca de poner el gasto bajo control y limitar el tamaño y alcance del gobierno. Dicho simplemente, más impuestos significan más gobierno.
Como muestra el Gráfico de la semana, los americanos se enfrentan a la perspectiva de masivos incrementos de impuestos.
Si el 2001 y 2003 las reducciones de impuestos vencen el 31 de diciembre de 2012 y los americanos de clase media tiene que pagar el impuesto mínimo alternativo (AMT), los impuestos alcanzarán niveles sin precedentes. El presupuesto del presidente también aumentaría la carga fiscal global, aunque se extiendan los recortes de impuestos de Bush.