En espacio de 24 horas durante este fin de semana, dos importantes atentados terroristas perpetrados por extremistas islamistas han tenido lugar en diferentes partes del mundo. En Kenia, los militares estuvieron combatiendo contra los terroristas que se atrincheraron en un centro comercial de Nairobi, en el que más de 60 civiles han sido asesinados. En Pakistán, más de 80 personas murieron en un doble atentado suicida con bomba tras el servicio religioso del domingo en la ciudad de Peshawar, en el noroeste del país.
¿Están conectados estos dos horribles atentados o son una mera coincidencia?
Washington es conocido por filtrar el último día laborable de la semana las noticias que no quiere que se examinen demasiado a fondo. De modo que el pasado viernes era el momento adecuado para que la Oficina del Director Nacional de Inteligencia (ODNI) hiciera pública una declaración acerca de los conflictivos informes de la administración Obama sobre el ataque que acabó con la vida del embajador de Estados Unidos en Libia.
Nuestro gobierno no es responsable del contenido de las películas que se hacen, los libros que se escriben o los blogs que se publican por parte de los americanos. Ni debería condenar ni justificar el contenido de la libertad de expresión. Este es un mensaje complicado, pero se trata de algo que en el extranjero necesitan oír una y otra vez.