Como comentó Milton Friedman, sólo veremos mejoras en la educación “privatizando un importante segmento del sistema educativo, en otras palabras, habilitando una industria comercial privada que desarrolle aquello que proporcione una amplia variedad de oportunidades de aprendizaje y ofrezcan una competencia efectiva a las escuelas públicas”.
El presidente Obama ha empezado a “evolucionar” en sus posiciones sobre varios temas normativos al mostrar las encuestas que está codo a codo con Mitt Romney. Su más reciente cambio radical de opinión restablece un popular programa de bonos escolares para los niños necesitados en Washington D.C. después de haberle quitado su financiación.
Mitt Romney ha hecho público su plan para reformar el enfermo sistema educativo de Estados Unidos. Se basa en la opción escolar, el empoderamiento de los padres y pide una mayor transparencia de resultados. Por el camino, amonesta a los sindicatos educativos –muy acertadamente– por oponerse a la reforma.
Por todo el país, los estados se están moviendo para facultar a los padres con un mayor control sobre la educación de sus hijos mediante normativas como la opción escolar. Este tipo de normativa, la no centralización de los estándares académicos, es la que mejor satisface las necesidades únicas de los estudiantes.