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salvar el sueño americano

La pesadilla americana de 15 billones de dólares

Esta semana, el reloj de la deuda nacional de Estados Unidos marcó un hito de pesadilla: la cifra récord de $15 billones. No basta con palabras para describir el alcance del endeudamiento debido al gasto federal, pero es indudablemente una asombrosa cifra que ha crecido drásticamente en la pasada década y es más de $4 billones más grande que cuando el presidente Barack Obama llegó al cargo hace tres años. Más

La deuda de Estados Unidos llega a los $15 billones

Ayer, Estados Unidos alcanzó un desagradable hito: $15 billones de deuda total del país. Desafortunadamente, esta cifra no debería ser una sorpresa. La deuda de Estados Unidos ha estado creciendo a ritmo trepidante. Más

El Gráfico de la Semana: Los intereses de la deuda nacional van camino de triplicarse

Al igual que Ud. tiene que pagar intereses cuando pide un crédito, Estados Unidos no está extento del pago de intereses por sus créditos – las naciones también tienen que pagar intereses cuando piden prestado. ¡Y este país no ha dejado de pedir prestado! Más

Es el gasto

Reducir el gasto –incluyendo muy en particular los programas de derechos a beneficios— en busca de un presupuesto equilibrado que al mismo tiempo proteja a Estados Unidos y no aumente los impuestos. Hecho correctamente, esto llevaría al crecimiento económico, más empleo, menos gobierno y el recuperación de la calificación crediticia del país. Lo podemos lograr. Más

El gráfico de la semana: La deuda nos ahoga

El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, aseguró que nunca sucedería. Y con tanto politiqueo, lo que nunca iba a pasar, pasó. Ayer, la agencia de calificación crediticia Standard and Poor’s (S&P), degradó la deuda de Estados Unidos por primera vez en su historia. La nación perdió así su envidiable AAA y se quedó con AA+. No será el fin del mundo pero cómo va a costar recuperar lo perdido. Más

Nuestra adicción al Estado omnipresente se tiene que acabar

Nos hemos convertido en adictos al Estado omnipresente. Y esa adicción está haciendo que nuestra economía enferme y destruyendo la capacidad de lograr que la gente vuelva a trabajar. Por ello, para arreglar nuestra economía, tenemos que romper el hábito de recurrir al Estado omnipresente. Más