El apellidar a la justicia, llamándola “fiscal”, es característico del pensamiento único y sólo puede invitar a la coacción: en efecto, justicia fiscal jamás quiere decir bajar los impuestos, lo que es una curiosa identificación de la justicia con el quebrantamiento de los derechos de los ciudadanos a conservar lo que es suyo.
El periódico Wall Street Journal informa de que el anticompetitivo código tributario empresarial de Estados Unidos está llevando a que las empresas americanas relocalicen sus sedes centrales en otros países. Es decir, unas de las principales razones por las que estas empresas están huyendo de nuestras fronteras son los impuestos.