Cuando el gobierno tiene dificultades para ponerse de acuerdo en aprobar nuevas iniciativas, se gasta menos dinero de nuestros impuestos. Los Padres Fundadores querían que los americanos estuviesen realmente seguros de una posible nueva ley antes de implementarla. En este sentido, no es algo malo tener un gobierno dividido y que “no hace nada”.
Con el cambio de estación, también lo hacen nuestros patrones de gasto. El comienzo del curso escolar y el tiempo más frío que llegan con el otoño pueden conllevar gastos añadidos a su presupuesto. Aunque siguiendo estos cinco puntos su dinero no tiene por qué caerse de su billetera como las hojas de los árboles.