Olvídese de los Juegos del Hambre. Dé la bienvenida a las Guerras de la Intolerancia.
Parece que todos los días alguien trata de silenciar a otra persona en nombre de una causa mayor. La dimisión obligada de Brendan Eich como director ejecutivo del popular navegador de Internet Mozilla Firefox es sólo la punta del iceberg.
El presidente Obama está reduciendo las fuerzas armadas de Estados Unidos y sus admiradores dicen: “¿Por qué no?” Estados Unidos siempre reduce sus fuerzas militares al final de una guerra. Sólo hay que ver lo que sucedió tras la Segunda Guerra Mundial, Vietnam y con el fin de la Guerra Fría. Barack Obama, dicen, simplemente está ajustando la posición de la defensa de Estados Unidos a la “realidad estratégica” de la paz tras una guerra.
Hablar del excepcionalismo americano enfurece a algunos progresistas.
Por ejemplo, el tema llevó a Oliver Stone y al profesor de la Universidad Americana, Peter Kuznick, a escribir un artículo en el periódico USA Today en el que decían que en Washington debería haber un muro con “los nombres de todos los vietnamitas, camboyanos, laosianos y las personas del resto de países que murieron [en la Guerra de Vietnam]”. Eso, indicaron, sería “un monumento conmemorativo acorde con todas las víctimas del ‘excepcionalismo americano’, un lápida para uno de los mitos americanos más peligrosos”.
¿El plan de Obama de atacar Siria defiende el interés estratégico de Estados Unidos? ¿Es verdad que a menos que ataquemos a Siria, las armas químicas podrían ser utilizadas de algún modo contra nosotros o nuestros aliados? ¿Es cierto que la credibilidad de Estados Unidos está realmente en juego? ¿Y el ataque planeado cambiará sustancialmente el balance de poder en el conflicto, según se requiere en la propuesta de resolución del Congreso?
La pasada noche, el presidente Obama continuó con su secuestro del Sueño Americano. Utilizando un lenguaje aceptado desde hace muchos años como parte de la tradición americana, adoptó la pose de defensor del trabajo duro, la responsabilidad y otros valores tradicionales. Pero no nos deberíamos dejar engañar. Su visión del Sueño Americano no es la verdadera. Más bien se trata de la visión imaginaria que desde hace mucho tiempo han venido soñando los progresistas de Estados Unidos, pero que también ha sido rechazada desde hace mucho tiempo por el pueblo americano.
Muchos americanos ignoran que los derechos humanos son derechos fabricados y no son los mismos que los derechos naturales dotados por Dios o la naturaleza. Lo que a menudo se denomina como “derechos humanos” en la actualidad son constructos sociales y son fundamentalmente incompatibles con el criterio de los Fundadores sobre los derechos naturales.