La administración Obama ha restado importancia a los riesgos de seguridad en Irak como parte de su iniciativa para anotarse puntos políticos con tal de poner fin al papel militar de Estados Unidos en dicho país. La administración sostiene que el fin de la misión militar es un triunfo para la visión de la política exterior del presidente. En realidad, la guerra de Irak se encarriló camino al éxito de la mano de la administración Bush que valientemente ordenó un aumento de las tropas y un cambio de estrategia en 2007 cuando muchos críticos afirmaban que la guerra ya estaba perdida.
Después de las elecciones de noviembre de 2010, cuando el partido del presidente perdió el control de la Cámara de Representantes, Barack Obama le dijo a Estados Unidos que, allí donde no pueda legislar, él regulará. En el último año, el presidente ha estado la altura de esa promesa y ahora promete que la cumplirá aún más a rajatabla en 2012.
Una compañía de California ha sido contratada para proporcionar 450,000 galones de biocombustible avanzado a la Marina de Estados Unidos –la “mayor compra de biocombustible en la historia del gobierno”, según indica la Marina misma– por un valor de $15 el galón, lo que es aproximadamente cuatro veces el precio de mercado del combustible convencional de aviación.
Parte de una agenda a largo plazo para contener el gobierno es una adecuada y bien pensada enmienda a la Constitución que mantenga el gasto federal bajo control en años subsiguientes. De hecho, la principal razón para adoptar una enmienda constitucional de presupuesto balanceado es limitar el tamaño y ámbito del gobierno federal mediante la limitación de su gasto.