Si tomamos al libro bíblico del Génesis como medida del inicio de la humanidad, podemos apreciar ciertos principios que van ligados a esos 3 derechos inalienables que cada ser humano inmediatamente adquiere al momento de nacer en esta tierra: el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad privada.
Se suele distinguir entre dos corrientes liberales claramente marcadas ya desde el siglo XVIII, a saber, la francesa, de carácter racionalista y centrada en las formas políticas, y la inglesa, de carácter evolutivo y centrada en las ideas jurídicas de protección a las libertades y bienes individuales de las personas.