El papa Francisco lloró ante las imagenes de cristianos crucificados en Siria. Los católicos del mundo, más conmovidos por la imagen de Francisco que por aquellas de las victimas de la barbarie, han expresado en las últimas horas su indignación, no sólo con aquellos que han cometido estas atrocidades sino ante la falta de coraje de la Casa Blanca y de los líderes del mundo.
Cuando Barack Obama obtuvo la nominación presidencial de su partido en 2008, proclamó que “durante las próximas generaciones, podremos echar la vista atrás y decirles a nuestros hijos que… este fue el momento en el que la subida del nivel de los océanos se empezó a ralentizar y nuestro planeta empezó a recuperarse”.
El presidente Obama ha estado de viaje por el extranjero. ¿Y cómo le está yendo en el plano internacional?
Pues probablemente no demasiado bien cuando la columnista del New York Times Maureen Dowd lo está acusando de “lloriquear” y de dar “sensación de tener miedo”.
No obstante, la demoledora valoración de Dowd de la política exterior de Obama es muy oportuna.
A principios de este mes, el secretario de Estado John Kerry instó al Congreso para que no respondiera a la mortífera represión del gobierno venezolano contra la oposición democrática de su país. Recientes conversaciones de alto nivel entre el gobierno venezolano e importantes miembros de la oposición han llevado a que el secretario crea erróneamente que esta crisis finalizará pronto.