A última hora del viernes por la tarde, la Corte Suprema bloqueó la iniciativa de los responsables públicos que pretende obligar a que las organizaciones benéficas católicas proporcionen seguros médicos a sus empleados que ofrezcan “gratis” medicamentos anticonceptivos y abortivos, a pesar de sus objeciones por razones religiosas.
No todo el mundo puede desplazarse hasta Washington para la Marcha por la Vida y no todo el mundo tiene unas convicciones lo suficientemente firmes sobre este tema como para acudir a una marcha. Pero es importante saber que incluso los americanos que se oponen al aborto se pueden ver obligados a respaldarlo, por culpa de Obamacare. Concretamente, la ley de atención médica abre nuevas vías para la financiación de las clínicas abortivas.
Hoy, decenas de miles de personas de todo el país se reunirán en Washington para desafiar el frío en nombre de una causa en la que creen. Algunos marchan por primera vez, y otros han estado viajando a la capital de la nación desde 1973 cuando se decidió el caso Roe vs. Wade, que legalizó el aborto. Por la 41ª vez, van a reunirse de nuevo y por la misma razón – la santidad de la vida.
Un juez de derecho administrativo de Denver, Colorado (un estado que en 2006 definió constitucionalmente el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer), ha dictaminado que Jack Phillips, propietario de Masterpiece Cakeshop, violó la ley cuando se negó a hacer un pastel para una boda homosexual.
A finales de la semana pasada, un juez federal de Utah echó por tierra un apartado de la ley que penaliza la poligamia. La demanda la presentó Kody Brown, del programa de televisión Sister Wives. Brown es un polígamo que tiene una esposa legal y otras tres esposas en una “unión espiritual” basada en sus creencias religiosas.