La pobreza es un serio problema que exige soluciones serias. Pero los responsables políticos y el público necesitan información correcta sobre lo que verdaderamente significa la pobreza en Estados Unidos. Solo entonces pueden poner en marcha las políticas adecuadas para ayudar a esos americanos que verdaderamente lo necesitan.
La Constitución de Estados Unidos de América ha perdurado más de dos siglos. Sigue siendo objeto de reverencia para casi todos los americanos y objeto de admiración de pueblos en todo el mundo. Lamentablemente, la embestida de teóricos progresistas y jueces activistas del siglo XX ha logrado minar seriamente el respeto por los principios fundamentales de la nación, denigrando algunos derechos constitucionales con los que están en desacuerdo e inventándose otros.
Se sigue hablando profusamente sobre “el modelo de China”. Se supone que ese modelo es una forma superior de organizar la economía, especialmente en una economía en desarrollo, que el modelo americano u occidental de capitalismo competitivo. Hay muchas partes importantes en este debate, pero en él ha pasado desapercibido un punto crítico: Hay dos modelos en China, no uno.