El deseo del presidente Obama de lograr un nuevo Medio Oriente caracterizado por un equilibrio de poder entre los principales Estados de la zona permitiría que Estados Unidos se desentendiera de una región que ha absorbido los recursos nacionales. Pero, como está descubriendo, es más fácil verse absorbido por Medio Oriente que salir de él.
Para nadie es un secreto en América Latina que diversos grupos de activismo radical de izquierda se encuentran cercanos en el terreno ideológico a la postura antioccidental del terrorismo islámico. Infestados por el pensamiento altermundista, neoindigenista y anticapitalista, los principales grupos de izquierda del continente encuentran eco en los discursos de la Hermandad Musulmana de Egipto o en las acciones asesinas del Estado Islámico del Levante (EIIL).