La Corte Suprema de Wisconsin, en una sentencia decidida por 5 votos contra 2, estando de acuerdo incluso el juez progresista Patrick Crooks con que la Ley 10 es constitucional, dio su aprobación a la misma ley laboral de los empleados públicos que llevó a miles de personas a manifestarse ante el Capitolio estatal e hizo que 14 senadores demócratas salieran de las fronteras del estado en un intento por detenerla.
Al Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU) le gusta presentarse como el defensor de los débiles. No obstante, los responsables de servicios médicos del SEIU (“el sindicato de trabajadores de servicios médicos, atención infantil, atención domiciliaria y centros geriátricos de mayor crecimiento del Medio Oeste”) no se muestran reacios a darse la gran vida.
Los medios de comunicación han cubierto ampliamente las “huelgas” generales de ayer en el sector de la comida rápida. Sin embargo, muy pocos verdaderos trabajadores participaron en la #FastFoodStrike. El USA Today informa de que sólo “cientos de trabajadores del sector de la comida rápida” fueron a la huelga, de entre los 10.6 millones de empleados que tiene este sector en Estados Unidos. Menos del 1% de los trabajadores se unió a las protestas. ¿Entonces por qué tanto alboroto?
Si parece como si los sindicatos estuvieran armando mucho alboroto últimamente, es porque lo están haciendo.
Estamos en un año de elecciones y necesitan dinero.
Y es que en 2013 sólo uno de cada 15 trabajadores del sector privado era miembro de un sindicato, la cifra de afiliación más baja desde 1916.