La idea orwelliana de que se puede controlar la realidad controlando el lenguaje está viva y bien viva en la guerra contra el Estado Islámico (EI). Pero muchos están incurriendo en una suerte de pensamiento mágico si piensan que el EI va a ser severamente lastimado, y mucho menos derrotado, por el mero hecho de ser denominado de otra manera.
No sé cuánto tardarán nuestros responsables políticos en volver a recordarnos que el islam es una religión de paz y que los yihadistas del Estado Islámico, al-Qaeda, Hizbolá, Hamás, la Yihad Islámica, Boko Haram y tantos otros grupos terroristas no representan su verdadero espíritu. Los seguidores del Estado Islámico han sido mucho más rápidos que ellos: “Cruzados, vamos por Uds. con rifles y bombas. Espérennos”, rezaba anoche un tuit en árabe de un conocido propagandista del EI.