El gasto en asistencia social y el derroche infinito no son los únicos responsables de los billonarios déficits de Washington. Los tres principales programas de derechos a beneficios (Medicare, Medicaid y el Seguro Social) suman la mayor parte del gasto federal y consumirán toda la recaudación tributaria hacia 2049. Sin embargo, aunque ese panorama surge amenazador en el horizonte, el Senado continúa rehusándose a aprobar un presupuesto, el presidente Obama se mantiene al margen y el gasto continúa sin control. Ayer en Fox News Sunday, el comentarista Bill Kristol dijo acertadamente: “Si Ud. quiere un gobierno grande, este es un gobierno grande”. Y si alguien debería estar “perplejo”, es el pueblo americano.
Múltiples informes acerca de abusos de la asistencia social han llegado a los titulares de prensa en semanas recientes, desde la ganadora de un millón de dólares en la lotería recibiendo estampillas de comida hasta un traficante de drogas de Massachusetts tratando de usar dinero de la asistencia social para pagar su fianza y un club nocturno de Alabama anunciando la fiesta “Viernes de las Estampillas de Comida”.
Estos ejemplos ponen de relieve la necesidad de reformar un sistema de asistencia social que está contribuyendo a la cultura del tener derecho a beneficios. Un elemento crucial de la reforma es atajar los hinchados costos del Estado del Bienestar que se ha convertido en la parte que más rápido crece dentro del gasto público.